La violencia digital de carácter sexual cometida contra niñas, adolescentes y mujeres tiene tres grandes características: evoluciona paralelamente a las tecnologías; al ser on line no tiene límites geográficos ni en el tiempo (ocurre 24/24 7/7); puede existir, desaparecer y reaparecer. El marco jurídico estará probablemente en permanente retraso respecto a los crímenes y delitos. La batalla jurídica y la necesidad de educación de masas es esencial para su prevención. Sus secuelas sobre la salud mental de víctimas y otros testigos impotentes son particularmente graves.
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